Cuando se habla de Cerdeña, en particular de Chia, imaginamos un paraíso: dunas de arena blanca, una continua sucesión de playas donde detenerse para disfrutar del sol, un mar transparente en el cual flotar, plácidamente acunados por las olas. Les sugerimos una pequeña aventura en la Milmar, una goleta de madera de veintidós metros: podrán comprobar, navegando a toda vela, que todo lo que se cuenta sobre esta tierra es cierto.

La salida está prevista a las diez desde el puerto de Teulada. Se encontrarán con el capitán Roberto esperándoles, y en su compañía recorrerán la costa sudoccidental a la búsqueda de los rincones más recónditos, accesibles solo por mar, pasando frente a las playas más bonitas de la región.

No faltará la oportunidad de un baño regenerador en alguna cala abrigada, tras el que habrá tiempo para un apetitoso plato de pasta, acompañado del pescado del día. Entre un fondeo y otro, les espera alguna agradable charla con el capitán y su tripulación, interrumpida por el graznido de las gaviotas en vuelo. Izadas las velas, la Milmar les llevará al descubrimiento del cabo Teulada, acercándose a sus imponentes acantilados graníticos. En el retorno, podrán admirar la belleza de la cala Zafferano, la transparencia de su mar, y de nuevo las innumerables calas encontradas por la mañana, doradas por la luz vespertina. Al regreso, previsto para las cinco de la tarde, sentirán ya nostalgia, como si el recuerdo vívido de la jornada apenas transcurrida proviniera de un pasado lejanísimo.